Un evento: una nueva película de Almodóvar
esa sensación cuando te toca aplaudir durante treinta y dos minutos
¿Cuál fue la primera película que visteis de Almodóvar? ¿Vuestro primer estreno de Almodóvar? ¿Sabíais que era de Almodóvar? ¿Sabíais acaso que Almodóvar del Río es un municipio español de la provincia de Córdoba, Andalucía, ubicado en la comarca del Valle Medio del Guadalquivir? El famoso director ocupa, creo, un lugar único en la “cultura” española: ser una celebridad, un nombre famoso, que además goza de elevado prestigio intelectual y artístico. Si se os ocurre alguien, de verdad, compartidlo, pero mi impresión después de pensarlo cinco minutos es que ya no queda en el Estado Español ningún otro artista al que uno deba tomarse en serio que además sea famoso y, si no siempre celebrado popularmente, al menos criticado con la vergüenza del que siente que no se entera del todo o la inferioridad del que simplemente no alcanza1.

Tengo el recuerdo infantil de ver los Goya en los que Volver arrasó con tanta fuerza (y con razón! alta peli) y poco después verla e ir interiorizando que esta película española no era como las películas españolas sino que era Buena. Tres años después, recuerdo ir al cine a ver Los abrazos rotos. Vosotros no os imagináis, no podéis, lo snob que era yo como cinéfilo a los doce años, cómo me comí aquel melodrama cinéfilo sobre un director ciego y su pasado traumático o noseke (no me acuerdo bien, no la he vuelto a ver aunque creo que me seguiría encantando por razones, ojalá, distintas), para mí aquello ya fue Un Evento.
Desde entonces, he asistido a los sucesivos Eventos Almodovarianos, la algarabía de los amantes de la serie B y el cine francés con La piel que habito, el casi pánico social que despertó en los sectores de la derecha Los amantes pasajeros, el shock de seriedad nórdica con Julieta, etcétera. Pequeños brotes de conversación colectiva real, no como cuando en el internet nos da por hablar de, yo qué sé, Vidas pasadas. Los ansiosos con miedo a pasarnos de listos respiramos con tranquilidad porque, al fin, puedes decir en una comida familiar “fui a ver esta peli” y sabes que no te van a mirar raro. Si vas al cine, vas a esa.
Pero la eventificación tiene un problema. Viendo La habitación de al lado2, pensé que mi reacción a las últimas películas de Almodóvar, Dolor y gloria y Madres paralelas, había sido de extrañeza, sobre todo porque quería entenderlas, no de la forma generosa en la que deberíamos enfrentarnos a cualquier obra de arte sino de la forma asquerosa del que quiere opinar rápido y decir algo más gracioso o chispeante que el de al lado. Fatal.

Sin embargo, sí hay algo de urgencia en estas tres últimas películas (que siento que ya certifican una etapa en la obra de su director aunque es solo una intuición ahora mismo3), una necesidad de decir algo sobre nuestro mundo moderno o sobre su propia situación o vida, que no siempre o casi nunca ha existido en su cine. Las conversaciones sobre el apocalipsis climático de esta última son un interesante eco con la historia “principal” acerca de morir, renacer, qué tuvimos y qué dejamos, pero creo que es imposible no sentirlo, y así se ha señalado, como si el tipo nos estuviese hablando al público a través de John Turturro, abrumado, harto de vivir en un sitio horrible. El mismo concepto de hacer una película sobre un tema “polémico” como es la eutanasia, igual que en la anterior con lo de las fosas y tal, les da un punto de presentismo que no estaba del todo en las otras películas, que desde luego no dejaban de ser polémicas pero de una forma menos esencial4.
Veo en La habitación de al lado una mezcla de esa condición de Evento cinematográfico, esa conversación en torno al suicido asistido, a los resultados medioambientales del neoliberalismo y, por qué no decirlo, esa conversación acerca de Nueva York y las actrices estadounidenses y ese sueño americano tan de españoles, pero también veo algo más atemporal, algo de ese Cine del que hablan los chavales, que le dé un poco de sustento.
No voy a decir que me dén igual todos esos temas a la hora de valorar la película, pero si me pareció sobresaliente fue por la colisión entre dos buenos personajes que parecen de películas diferentes, con sus propios universos estéticos y tonales, su mirada directa y sin dramatizar, su uso de las referencias culturales como elemento de elevación de los conflictos dramáticos, pero con una cosa de patetismo5, refugiarte en libros y películas que jamás te van a salvar.
Ya está pensaba que no llegaba, esta semana he estado malísimo malísimo. Voy a dar conciertos! cosa importante, aquí algunas de las próximas fechas:
Ojalá nos veamos en algún momento, un abracito.
¿Quizás Rosalía? Aunque al cabo de un rato pienso que Rosalía frente a Almodóvar se encuentra quizás más cerca de Juan Tamariz (dejadme cocinar), el famoso mago de los pelos locos con más años que el sol que es, además, como el mejor “cartomago” de la historia y autor de libros importantísimos etc. Dentro de la cultura de masas, me parece, la magia y el pop de baile están en un sitio y el cine de autor en otro.
Por cierto, absoluto off topic pero curiosa coincidencia en el tiempo con Morir en otra habitación, el brillante EP de Wild Honey con el que comparte más o menos el tema aparte de las semejanzas en el nombre.
como todo lo que escribo aquí por otro lado, no entiendo ese arrebato de humildad o miedo que me ha venido.
No he visto La mala educación pero me parece que podría ser una excepción quizás? en fin quiero dejar claro que estoy escribiendo por escribir y no debería tomárseme en serio jamás.
MEDIO SPOILER me encanta eso de llorar con el puto dvd del puto airbnb jaja
argh! no ensucies esto con lo de disensore!